viernes, 7 de mayo de 2010

ETAPAS DE LA INDEPENDENCIA Y TOMA DE GUANAJUATO


La primera comienza en 1808, Debido a que el gobierno de México dependía del Español, al virrey y a la real audiencia les preocupaba no saber que rumbos tomaría la soberanía de México y piden que el virrey convocara a un congreso destinado a gobernar al país hasta que Fernando VII pudiera recuperar el poder. Por otro lado, los criollos comenzaron a ver en este conflicto la oportunidad de separarse de España y forjar por fin, un México independiente. Así, la madrugada del 16 de septiembre, el cura Hidalgo congregó al pueblo en el atrio de la iglesia donde era párroco y los incitó a unírsele en una “causa” que se proponía derribar al mal gobierno. Liberó a los presos, metió a la cárcel a las autoridades españolas del lugar y comienzó su lucha.Con el levantamiento de Dolores, el movimiento a favor de la independencia se transformó. Las grandes masas trabajadoras entraron en escena. La opresión a que estaban sometidos, su miseria e incultura y su falta de organización, conviertieron su movimiento en súbito, anárquico y explosivo.




La segunda etapa que se puede definir como una etapa de organización y definición de este movimiento, empezó tras la muerte de Hidalgo y se conoce como la etapa de Morelos.José María Morelos y Pavón, comienza a tener victorias en el sur y el centro del territorio nacional. Durante esta etapa, se definieron con claridad los propósitos del movimiento de independencia. El documento que mejor refleja el ideario social y político de Morelos es el conocido con el título de Sentimientos de la Nación donde por primera vez se planteó la independencia de México del dominio español.Durante esta etapa se ganaron muchas provincias del territorio nacional y el movimiento independentista, cobró forma.




La tercera etapa, es la que corresponde a Vicente Guerrero y Javier Mina y abarcó los años de 1815 a 1821. Durante esta etapa, las fuerzas insurgentes comenzaron a desorganizarse y su lucha se dirigió a pequeñas provincias en el sur del país donde Vicente Guerrero había logrado mantener vivo el espíritu de la independencia, aunque con muy pocos triunfos. En esta etapa sobresale la participación de Francisco Javier Mina, liberal español que luchó y murió por la causa insurgente en 1817.




Y en la ultima etapa, que es cuando se logró la consumación de independencia, Vicente Guerrero e Iturbide, son los principales actores. Tras once años de lucha, los criollos y el pueblo en general empezaban a ver perdida la revolucón. Sin embargo, un grupo de peninsulares y criollos que antes se opusieron a la lucha, se unen a ella y la fortifican. El nombre de José de Iturbide comienza a escucharse con respeto y tras una oportuna estrategia diplomática, logra hacer pactos y acuerdos que serían los pasos para que naciera el “Plan de Iguala” o de “Las tres garantías: religión única, unión de todos los grupos sociales e independencia de México”.Una vez firmado el Plan de Iguala, la independencia de México se había convertido en una realidad y es él, José de Iturbide quien el 28 de septiembre de 1821 hace su entrada triunfal a México acompañado del ejercito trigarante, confirmando así la independencia de México.




La toma de Guanajuato




El intendente de Guanajuato, Juan Antonio Riaño se dio cuenta que la mayor parte de los habitantes de la localidad eran mineros que esperaban unirse al levantamiento insurgente, por tal motivo, decidió parapetarse con seiscientos hombres en la Alhóndiga de Granaditas, uno de los edificios más fuertes y gruesos de la ciudad. Envió cartas solicitando apoyo militar al recién llegado virrey Venegas, al presidente de la Real Audiencia de Guadalajara y a Félix María Calleja, quien era jefe de las tropas realistas de San Luis, pero la ayuda no llegó a tiempo. Hidalgo había mantenido una amistad con Riaño, antes de dar la orden de ataque le solicitó la capitulación, pero el intendente se negó e iniciadas las hostilidades fue de los primeros hombres en morir. Sin poder penetrar el edificio, Hidalgo pidió a un indio minero, conocido como el Pípila, quemar la puerta principal, éste cargó una losa en la espalda a manera de escudo, logrando incendiar la puerta de la alhóndiga para abrir paso a los insurgentes.
De este modo, a las cinco de la tarde, se logró la toma de la Alhóndiga de Granaditas. Durante el desorganizado asalto, los sitiadores sufrieron más de dos mil bajas. Cuando las hostilidades cesaron —a manera de venganza por la muerte de sus compañeros— la plebe asesinó a más de doscientos cincuenta españoles, dando inicio a un saqueo por la ciudad que duró hasta el día siguiente. Hidalgo pudo contener el desorden publicando un aviso que conminaba a pena de muerte a los saqueadores. Durante su estancia, los insurgentes reorganizaron sus tropas añadiendo dos nuevos regimientos de infantería y se fundieron cañores para incrementar la artillería. José María Liceaga fue nombrado coronel y José Mariano Jiménez se añadió a la causa.